Las casas de estilo Mediterráneo, cautivan gracias a sus espacios luminosos, su distribución y por el uso del color blanco, el cual contrasta con el paisaje. Este estilo nace de la arquitectura popular en la costa del mar Mediterráneo, donde se desarrollaron viviendas aisladas, con patios, y cuya distribución, en horizontal, se encuentra contrastada con el paisaje por su color blanco. Según las profesionales expertas de ED Gestión Inmobiliaria, esta tipología promueve el uso de los espacios intermedios como forma de relacionar los espacios interiores y exteriores. Su cubierta por lo general es plana y en algunos casos con una pendiente.
Lo caracterizan 4 elementos esenciales:
- Simplicidad volumétrica.
- Flexibilidad para el crecimiento.
- Espacios luminosos.
- Fluidez entre los espacios del interior y el exterior a través de los aleros.
Las fortalezas de esta forma se relacionan con la capacidad de utilizar cualquier sistema constructivo, como albañilería, hormigón y construcción liviana. Además, este tipo de vivienda se adapta muy bien a nuestro clima.
“Otra de las características es que son un tipo de casas que pueden ser sustentables energéticamente en la medida que la arquitectura está bien resuelta, generando bajas necesidades de climatización e iluminación artificial”, afirman.
Específicamente en Chile, estos diseños pueden verse desde el Norte hasta Concepción o incluso Chiloé, donde la cubierta plana debe resolver la problemática de las aguas lluvias como tema fundamental. “Este estilo se introdujo en Chile a partir de los años 40, con la incorporación de la arquitectura moderna, y ha sido cada vez más apreciado por reflejar un estilo de vida contemporáneo y confortable a la vez”, señalan.
Los materiales básicos son estructuras de hormigón y albañilería estucadas, ventanas de PVC, folio madera en termopanel para el exterior, y en el interior puertas de madera, piedras naturales y porcelanatos.
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